lunes, 27 de agosto de 2012

De reinas de reinos inexistentes





Hay veces que Patate no está muy alejado de Macondo. Es increíble la superficialidad acompañada de la ingenua poca vergüenza de ciertas cosas. Sorprende y da risa que anuncien por amplificación de que se incrementa el plazo de inscripciones de candidaturas a reina del cantón, y pidan la “colaboración de la ciudadanía”. 

Cultura y tradición son congruentes pero no son lo mismo, la tradición se sustenta en costumbres que pueden ser buenas, malas o también como en este caso inútiles. Por ejemplo, en tiempo de las haciendas y huasipungos la costumbre impuesta era que cuando una indígena se casaba, de ser del gusto del patrón la primera noche de la novia debía ser con él. Para no irnos muy lejos, hace algunos años se pensaba que las mujeres deben quedarse en casa a cocinar, porque el estudio u otro tipo de trabajo no eran actividades para ellas; o no hace mucho a las mujeres no se las permitía sufragar. 

Menos mal, todas estas malas prácticas han desaparecido, y si lo han hecho no es por benevolencia del hombre sino por el coraje y la lucha de ellas. Por demostrar que tienen las mismas capacidades e inclusive en ciertas cosas nos llevan ventaja. 

Resulta inútil entonces elegir a una “soberana” si el principal papel que desempeñará es la de comidilla del chisme. Pues si el afán es “trabajar por la niñez” no necesariamente se necesita ser agraciada, cuestión por más subjetiva de persona a persona. 

No es que este mal que una mujer se sienta guapa, se maquille, luzca bien; por el contrario eso la hace mujer, pero que se ponga a competir con otra por saber quien es más guapa en pleno siglo XXI parece algo deschavetado o por lo menos una pérdida de tiempo y plata. 

En vez de gastar todo ese dinero en elegir a una víctima sobre la que apuntarán lenguas filudas, sería mejor usar ese dinero para crear talleres culturales de teatro, danza, pintura, música, dibujo, lectura, escritura, fotografía, cine, etc. Y así dar opciones de entretenimiento y desarrollo personal a los jóvenes, alejándolos del licor y la desocupación. Ojalá algún día dejemos de elegir reinas y nos dediquemos a formar seres humanos que vean belleza más allá de una cara bonita.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo en que tenemos que dedicarnos a formar seres humanos que vean belleza más allá de una cara bonita......es muy cierto...... pero son tradiciones culturales que tenemos.....lo que debemos hacer es darle otro sentido a estas elecciones, para que así haya mas participación de nosotros mismos; donde todas las mujeres hermosas de Patate participen y no sean representadas por una o dos que fueron escogidas por un grupo más no por el pueblo, y que se lo merecen por que cada mujer patateña tiene su belleza.

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